lunes, 12 de abril de 2010

El Chupe de Camarones

La cocina peruana se precia de tener platos variados, para todos los gustos, de todas las formas, sabores, valores nutricionales, colores y demás características que engrandecen un listado exclusivo de una culinaria de primer nivel. El Chupe de Camarones, nuestro plato de hoy engloba todas esas características y más, por ello, lo incluimos entre nuestros potajes para celebrar el mes de la patria.

Algunos estudiosos afirman que el Chupe provino de una tradicional costumbre relacionada con el ayuno, a la que los jóvenes guerreros eran sometidos durante algún tiempo, preparándose para las responsabilidades que demanda la adultez.

En este ayuno se les privaba de sal, ají, y relaciones sexuales, cumplido este periodo establecido, las doncellas del grupo al que pertenecían, les ofrecían una pequeña vasija que contenía una mezcla de sal, ají y algunas hierbas para posteriormente enfrascarse en la intimidad e iniciarse en la adultez. A esta mezcla ritual le llamaban Chupe.

Puede entonces suponerse, que el Chupe era un plato que congregaba gustos privilegiados, que revitalizaba, que estaba relacionado con los placeres y que proveía de fortaleza y energía a los comensales.

Hoy, por extensión y tradiciones, podría decirse que el Chupe, además de haber heredado tales cualidades, ha recibido con el aporte de los camarones, más que sabor y color, un grado de exotismo, que lo hace único e irrepetible. Por su pasado histórico y por las propiedades de sus componentes.

Según indica el Corregidor Mejía, autorizado personaje, entendido en el estudio de la gastronomía peruana, en su libro "De cocina peruana, Exhortaciones", el camarón fue "uno de los primeros alimentos del hombre peruano, su carne delicada y sabrosa fue de uso exclusivo para sus reyes incas. Se pescaba hacía miles de años y para su extracción se valieron los antiguos peruanos de una especie de red llamada atarraya, así como canastas de caña llamadas izangas".

Inicialmente, como bien lo menciona,
Rodolfo Tafur Zevallos -investigador al que concurrimos en pos de historias que aclaren nuestras dudas culinarias- los primeros Chupes de Camarones recibían el nombre quechua de Chuwa Masi", que quiere decir "sopa amiga" o "sopa compañera de fiesta".

"Muchos dicen que no hay plato peruano más bonito que este delicioso potaje, pero lo que sí sabemos es que no hay región del Perú que no tenga su chupe, pues este ha sido heredado de la gastronomía de los Incas, ellos, saboreaban el preparado por la Kery Awicha, la diosa de la cocina Inca, la que tenía el encargo de "cocinar para llenar el alma y luego el estomago".

Palabras y estudios que reafirman la cuna indígena de nuestro plato. Hay chupes con ingredientes y sabores diferentes, lo mencionamos así en uno de nuestros artículos en la
edición 69 de Generacción. El Chupe de Camarones sin embargo, ha sido adoptado por Arequipa. Es uno de los símbolos más representativos de su variada gastronomía.

Camaná y Majes son lugares privilegiados donde grandes y sabrosos camarones hacen alarde de un rojo intenso que tiñe de sabor y color los platos, casi convertidos en fuentes, por el derroche y generosidad en que son presentados. Aun recuerdo el último Chupe de Camarones que probé cerca del Rio Majes, en febrero de 1990, junto a Deborah y Charo, entrañables amigas de la época universitaria.

Toda la zona sur del Perú, empezando desde el Valle de Cañete, muy cerca de Lima, es el principal y más importante criadero de camarones. Aunque se dice también que al llegar los españoles a nuestro país, el Rio Rímac alimentaba y albergaba en sus aguas estos pequeños crustáceos, que luego servían como parte de un banquete real en el menú ofrecido a los colonos. Con el tiempo se extinguieron de este lugar y encontraron en los ríos del sur un espacio donde multiplicarse y alimentarse. Hoy, gracias a este proceso, sustentan la riqueza de nuestras cartas, nuestras mesas y paladares.

Lunahuaná, tampoco puede estar excluido del relato cuando de camarones se trata. En la actualidad en esta zona se celebran festivales donde se les rinde culto. Se hace gala de un banquete hecho a base de este crustáceo, en chupes, tortillas, seviches, guisos, a la piedra, reventados y de muchas formas más.

Y en un afán conservacionista debido a su fragilidad y a las desacertadas condiciones de su consumo, se ha establecido hace algún tiempo, la
veda del camarón; la misma que se hace vigente entre el 30 de diciembre hasta el 30 de marzo donde se prohíbe pescar, almacenar, vender y consumir camarones a lo largo de todo el Perú, todo ello con el afán de preservar esa especie. De no ser así, pronto estaría en peligro de extinción. Un llamado de atención que no debemos obviar.

Los huevos, la leche, el queso, el choclo, la papa amarilla, además de otros ingredientes, que dan vida al delicioso Chupe de Camarones, proporcionaron también un carácter definido al plato. Los camarones asoman entre la calidez y el rojo intenso de un plato que se resiste a ser extinguido, si es que la irresponsabilidad de los camaroneros y consumidores exceden sus derechos naturales.






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